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Televenta Ministerial, le atiende la posición 666, en qué puedo ayudarle?
-Buenas tardes, señorita. Le habla Federico, desde Defensa. ¿Es ahí donde recogen los pedidos de material?
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Sí, señor ministro. Aquí mismo. ¿Qué desea?
-A ver, deje que repase la lista. Es que con esto del nuevo orden internacional y nuestro papel de guardianes del mundo libre se nos vacía la despensa enseguida.
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No se preocupe, yo le tomo nota.
-Apunte: necesitamos unos aviones de combate, fragatas y helicópteros de ataque. Y el Eurofighter, por supuesto; necesitamos el Eurofighter. ¿Sabe usted si viene con misiles Meteor de serie?
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No, los misiles hay que comprarlos aparte, señor ministro.
-Bueno, venga, póngalos también, que se note nuestro liderazgo. Ponga también unos cuantos carros de combate.
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¿Marca Leopard o marca Pizarro?
-Ponga de los dos. Y apunte también un submarino S-18.
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El modelo S-18 no me aparece en la base de datos. El que me aparece es el S-80. ¿Quiere que le suministramos un S-80?
-Sí, sí, el S-80. Es que me lo dictó Colin por teléfono y me hice un lío con el eighteen y el eighty.
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Muy bien, lo añadimos a la lista. ¿Desea algo más?
-Mmm... ¿Qué aviones militares tienen de oferta?
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En este momento tenemos los Airbus A310 y A330 con un descuento especial del 5% y el regalo de un par de paracaídas.
-Pues póngame todos los que le queden. Necesitaba también unos aviones de transporte...
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Tenemos en el almacén unos aviones soviéticos que acaban de pasar la ITV a muy buen precio y con un seguro de vida de regalo para el piloto.
-Bueno, pues anote un par de ellos para los traslados por países que no salgan en el telediario. Para ir a Irak, mejor ponga unos A400M nuevecitos.
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Perfecto. ¿Desea algo más?
-Bueno, no sé si eso les corresponde a ustedes... Quería encargar también unos estudios científicos serios sobre sensores y telecomunicaciones.
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No se preocupe, nuestro departamento le hace esa gestión. ¿Algo más?
-No, nada más.
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Perfecto... El total es de 1372,94 millones de euros. Se lo dejamos en 1373 millones.
-Ufff... Me parece que me va a ser imposible pagarle, señorita. Sólo llevo encima 400 millones. Es que hemos estado un poco derrochones en este 2003. ¿No le importará si se lo pago el año que viene?
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Me temo que eso no puede ser, señor ministro. ¿Desea usted que le informe de las posibilidades de financiación?
-Con mucho gusto, señorita. Cuénteme, cuénteme.
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Para satisfacer mejor las necesidades de nuestros clientes hemos desarrollado un nuevo sistema de cobro que se denomina pago en tándem. Usted saca de sus presupuestos la cantidad que le parezca oportuna, y el resto lo derivamos al ministerio de su elección.
-¡Vaya, qué genial idea! Pues no sé, entonces... yo pongo 300 millones...
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¿300 o 400?
-No, no, 300. Los otros cien los dejamos para ataques imprevistos.
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Las cantidades redondas siempre resultan sospechosas. Voy a poner, si le parece, 323 millones con cargo al ministerio de Defensa.
-Perfecto, señorita. ¡Está usted en todo! El resto, cárguelo a un ministerio de poca utilidad. El de Medio Ambiente, por ejemplo.
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Lamentablemente, el de Medio Ambiente ya no dispone de esa cantidad. Antes que usted ha estado aquí el ministro de Fomento pidiendo dinero para desasfaltar la costa.
-¡Manda huevos con Paco! Pues no sé... ¿Qué me sugiere usted?
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Le propongo que carguemos los 1050 millones que faltan al Ministerio de Ciencia y Tecnología. Si ponemos como concepto I+D no creo que a nadie le importe.
-¡Fantástico! Es usted admirable. ¡Toda una
mujer mujer!
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Es mi trabajo, señor ministro. Para eso he hecho un Máster en Maquillaje Contable y Opacidad Financiera.
-Pues nada, señorita. Me ha ahorrado usted muchos disgustos. Siga con su trabajo, siga.
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Buenas tardes, señor ministro.
-Buenas tardes, señorita.
Porque hoxe é mércores: Fundació per la Pau
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